Agripina se ha quedado sin los hermanos. El tío Manuel, viejo y con unos riñones rendidos, se ha ido a vivir a otra parte. Mantener la puerta cerrada a la familia de junto no fue suficiente, tuvo que irse. Habrá tenido otros motivos aparte del desamor, pero el querer huir de la demencia y la arrogancia en unos días en que cada uno cuenta porque el hilo de la vida se torna débil, es entendible. Nadie querría sufrir convaleciente en un ambiente hostil y creo que la enfermedad en paz y en un ambiente de harmonía es algo a que todos los mortales tenemos derecho.
Así que se ha ido.
A Agripina le quedaba su hermana, Ana, la querida hermana, quien se hizo cargo, muchas veces de sus hijos (cuando estábamos chicos), promotora de la unión familiar, de la tolerancia, la benevolencia, la oración, digna hija, heredera de los dones espirituales de la familia, madre de nueve hijos y cabeza de toda una tribu de muchas casas.
Ana, casada en buenos términos con un hombre con quien ha sabido suavizar sus diferencias y con quien en poses de ocasión para una foto ha mostrado ser feliz, parecía fuerte para entablar mil batallas.
Después de la muerte de la hermana Nony y el rechazo del hermano Manuel, a Agripina le quedaba Ana, era sabido. La misma Ana se lo confirmó frente a un juego de cartas, unos de esos miércoles en la tarde, al calor de un tequila reposado: No dejaremos de vernos, "pase lo que pase", dijo refiréndose a un procedimiento legal que llevaría a Agripina a dejar esta casa.
Tras haber trascurrido un par de meses la promesa de Ana parece haber sido un sueño. Los miércoles de jugada, un espacio de risas de señoras que alegraron furtivamente esta casa, han desaparecido y la tía no ha vuelto a poner pie por estos rumbos.
In Memoriam :: Maestros Yuri de Gortari and Edmundo Escamilla, Ever in Our
Hearts
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Originally published in 2011, it's time to remind ourselves of the lifelong
work done by these two men: Yuri de Gortari and Edumundo Escamilla. Their
contr...
Hace 1 año
1 comentario:
Avelina, querida
Parece que las cosas van subiendo de tono. Las familias ¡ay!, son así...
Aquí vengo a enterarme, a saber cómo te va todo y cómo estás.
Un abrazo, amiga.
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