jueves, 6 de agosto de 2009

El muro

Y cómo decirles que lo sé, que todo lo que ellos viven en algún momento de mi vida también lo viví: la desesperanza, el romance, el juzgar al mundo de adultos y sus protagonistas que suelen ser los padres o los tíos... cómo decirles que lo sé... que estuve allí, en ese muelle que espera el barco que lleva al otro lado, al siguiente puerto, el póximo muelle y episodio de nuestras vidas. He estado allí, esperando con mis tiliches y mis conjeturas. Cómo decirles que lo sé... a estos jóvenes que pasan frente a mí sin conversar. A ellos que cuando mucho me lanzan un "hola tía" cuando se dan cuenta que soy ineludible. El escritorio donde estoy todos los días está a un lado del vestíbulo de la puerta y si no me ven por lo menos pueden sentirme como se suele sentirse a lo seres que respiran.
Podría imaginarme casi todo; pero nunca podría afirmar qué será de sus vidas.
Mis sobrinos viven una vida aparte. Me imagino sus tremendos dramas juveniles, sus grandes marismas y la indecisión que tienen ante el mundo.
Lo sé, pero soy incapaz de pasar por la gran muralla que se interpone entre nosotros. Cada quien vive en sus propios mundos estableciendo férreas líneas fronterizas.

1 comentario:

Coro dijo...

Y la historia se repite y se repite y se repite...

Un beso.