sábado, 24 de octubre de 2009

El funeral de Neruda

Hoy en la noche Lupita Acosta vino por mí y fuimos a ver una obra al teatro del Imss, llamada  El funeral de Neruda, un evento emotivo que relata las circunstancias políticas que rodearon la muerte de el poeta del amor.  Chile se encontraba bajo las metrallas de la Junta militar en la que se apoyaba la dictadura de Pinochet.
Poco antes de morir los soldados habían entrado a destruir la casa donde vivían Neruda y su mujer. De tal manera que el panorama era más aterrador al momento de la velación pues el ataúd se encontraba rodeado de ruinas.
Rumbo al cementerio el cortejo, integrado por sus amigos más queridos, se fue incrementando por gente que salía de las esquinas de las calles haciéndose más grande y más grande. Con sus cantos e himnos la marcha se hizo portentosa. El mismo cortejo fue un acto político de protesta con el que la gente, que adoraba los versos de Neruda, condenaba el abuso autoritario de la dictadura.
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De regreso a casa me siento a escribir, pues es una manera de pasar las horas sin caer en los vacíos. En mi cabeza resuenan las palabras de mi prima Lety diciendo: "hay mundo distinto". Creo que sí lo hay, que hay personas que viven sus vidas, que gozan sus familias, que tienen sus empresas pequeñas o grandes, sus quehaceres y sus satisfacciones. Hay personas que aman, como Neruda, quien le cantó a la vida y a la gente sencilla, a su país.
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Estamos casi al final de octubre y comienza el horario de invierno. Pienso en las dictaduras y en el poder de las palabras (las palabras con amor), pienso en esta familia sombría y abrumada por enfermedades y los conflictos de interés, pienso en que mi prima Lety tiene una y mil veces razón: "hay mundo distinto", lejos de esta familia que me ha hecho experimentar el horror de vivir en un estado de sitio, los atropellos de una dictadura doméstica y los abusos de poder.

1 comentario:

Anónimo dijo...

nunca estaras sola ya que siempre te tendras a ti misma y tu debes creer que eres un ser importante y balioso