
Imagen copiada del blog Vivir México
El 19 de septiembre de 1985 -hace 23 años- tembló en la Ciudad de México. Yo vivía en una casona vieja de la Colonia Roma. Miles de personas murieron aplastados bajo sus techos. Recorrí calles encabezando una multitud temblorosa y meditabunda. Llegamos a la explanda del ferrocarril donde la gente se arremolinaba tratando de encontrar cobijo en una esquina de las baldosas o bajo las páginas de un periódico y allí permanecimos, acampando.
El desastre me hizo cambiar de rumbo. Me alejé del camino que pensé que sería mi vida: del periodismo.
El desastre me hizo cambiar de rumbo. Me alejé del camino que pensé que sería mi vida: del periodismo.
Esos días también mi corazón temblaba dolido de amor, y no se me ocurrió otra cosa más que escapar, escapar del desastre, del aire siempre impregnado, de la mendicidad y la soberbia de la élite mexicana.
Desde entonces ha habido varios episodios de amor y aventura; proyectos y rupturas; aciertos y desatinos... He vivido.
El terremoto del 85 cimbró la tierra y también me encauzó por otras vías para mí imprevisibles. Podría decir que me entregué al mar y a sus marasmos, al seno azul, a un limbo cómodo e inútil del que apenas estoy saliendo.
Desde entonces ha habido varios episodios de amor y aventura; proyectos y rupturas; aciertos y desatinos... He vivido.
El terremoto del 85 cimbró la tierra y también me encauzó por otras vías para mí imprevisibles. Podría decir que me entregué al mar y a sus marasmos, al seno azul, a un limbo cómodo e inútil del que apenas estoy saliendo.
1 comentario:
...
No sé si me incluiste en los que te leen eh?
Aquí ando de metiche desde que Coro me comento que escribías esto.
Que no coloque coment es otra cosa.
Quedó muy bien esa esquina. Ahora hay flores y cocos.
Estoy en el D.F desde antes del sismo y después, y seguiré...
Tus letras en ocasiones me duelen en el pecho.
; )
Mafalda
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