miércoles, 29 de octubre de 2008

La cuna de Moisés



Hay plantas que nada más esperan ser compradas para morirse.
A esta Cuna de Moisés la llevamos de urgencia al vivero para revivirla.
Javier, el encargado, diganosticó que la agonía de la planta se debía a un exceso de agua.
Después pasó el huracán Norbert abundando la ciudad con chubascos, pero la planta ya estaba a salvo dentro de la casa.
Tratamos a esta planta con todo el cuidado que fuimos capaz.
Agripina está triste y tiene motivos para estarlo... muchos... tener unas hijas cuervas dentro de una familia maldita es una calamidad; que ellas en lugar de quererse se desprecien; que en vez de ayudarse combatan, afectadas por el síndorme de Caín y Abel... Es un desastre. Sin embargo, la agonía de esta planta, Dios, cómo puede morirse... precisamente ahora, cuando Agripina se ha refugiado, más que nunca en su librito de rezos, cuando el negocio familiar está tronando y la parentela está en disputa legal por las pertenencias de la tía muerta.
La Cuna de Moisés fue uno de sus regalos de cumpleaños de Agripina en septiembre pasado, y animó la casa con una alegría que hoy considero efímera.
Espero que la mente de Agripina se salve de las superticiones y los malos presagios.

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