19 de enero.
El tío nació el día de los marios. Su vocación ha sido el trabajo, algo que heredó de sus padres.
Mi abuelo se iba a trabajar a su taller mecánico vestido siempre con su overol azul. Sus manos eran gruesas y morenas y un marco fino y negro de grasa definía sus uñas.
No había gran diferencia entre las manos del abuelo y las nuestras, pues como niños, nos gustaba jugar con la tierra y rascarnos con ganas una cabeza coronada con mugre.
El taller del abuelo estaba por el camino que atraviesa la ciudad de Humantla y abría sus dos portones de lámina gruesa a los viajeros que por allí pasaban rumbo a Veracruz.
El tío tiene ahora la cabeza tan blanca como la tenía el abuelo y sostiene en sus manos la herencia máxima de la familia Rojas: los valores inobjetables de la disciplina y el trabajo.
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