martes, 3 de junio de 2008

EL BARRILITO


Lunes 02 de junio, 2008.- La abuelita Anita –la Mami, como le decía Agripina- tenía dispuesto un vaso con agua sobre la mesa que solía llenar durante el día. La costumbre de tomar agua comenzó cuando los médicos le anunciaron un mal de riñones.
La vitrina –también llamado trinchador- ha guardado la loza que se usa en ocasiones especiales. Hay unos vasos jaiboleros, delgados y altos, que durante muchos años estuvieron allí y que ahora se mezclan con los comunes en los gabinetes de la cocina, donde la variedad de formas remontan a lugares y sabores. Veamos por ejemplo aquellos cuya base circular es pequeña y su boca grande. Su cuerpo se va abriendo y su vidrio tiene tiras aplanadas de arriba hacia abajo dándole un parecido al caleidoscopio. Estos vasos siempre fueron los favoritos de los raspados de frutas, cuando el plástico y el unicel estaban más alejados de nuestra cotidianidad.
Hubo un día en que Agripina salió de su casa en la calle Cuauhtémoc para hacerle compañía a la tía Nony y en la mudanza incluyó unos vasos chaparros y flacos. Nadie los usa porque, según he oído, casi como comentario sin importancia, causan irritación. Molesta terminarse una bebida de dos sorbos y tener que levantarse para llenarlo, o precisar que alguien aterrice los ojos en el objeto y se apresure a ofrecer, a manera de anfitrión, considerando el vacío, Quieres un poco más.
Las bebidas más comunes en la casa son el agua y el jugo de naranja. Después podremos hablar de las aguas de melón, las limonadas, los cool aids, los jugos preparados, los refrescos embotellados, los cafés, la cerveza y el vino tinto.
La compañía cervecera de la Corona distribuyó un vaso cuya rugosidad de su cristal y su forma abombada, semejante a un barril, y precisamente este vaso fue el preferido de la abuelita, si mal no recuerdo, quien solía ponerlo en la mesa desde temprano para estar llenándolo durante el día, mientras el tiempo se desplazaba en la cocina, en los baños, en los patios y en las bolitas de una cuenta de Aves Marías y Padres Nuestros frente a una imagen del Sagrado Corazón.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Yo aun disfruto de un vaso de esos...de aquellos años 80s

Anónimo dijo...

Yo tengo recuerdos similares mis abuelos ofrecían a las visitas de esos ahora he conseguido dos y no los presto 🤭