miércoles, 30 de julio de 2008

LA HISTORIA SE REPITE




La tía Nony con su madre.








Yo con Agripina






Ultima parte

La comilona de ayer consistió en tortas de carne de res y cerdo y unas gorditas de maíz con queso. Tomé cerveza con chetos y finalicé con unos cuantos vasos de tinto aterrizada en la cama, rendida por el cansancio de la semana. La convivencia con la tía Lupita fue cordial y amena, la hermana Rosa Ana estuvo contenta frente a la computadora chateando con su novio Chico; los sobrinos viendo sus espectáculos de lucha libre en televisión; y las dos sobrinas: Mayoi y Roxana allí, manteniendo su distancia, su silencioso repudio, unidas las dos, confidentes las dos, cómplices en desprecios, herederas de Marrox y de la densa sangre que fluye en nuestra venas, capaz de matar a un vampiro.
Recuerdo haber hecho lo que el tío Manuel hizo hace 40 años. Me fui a la habitación y cerré la puerta.
Ya dentro me sumí en las sábanas con un sólo pensamiento que giró provocando un vértigo de remolino: “todo se repite”.

Todo se repite: la tía haciéndole compañía a su madre hasta la muerte, sirviéndola, atendiéndola; allí estoy yo: haciendo lo mismo, aunque con menos abnegación (debo admitir), chofereando a Agripina a sus sitios de juego, sus misas y sus consultorios médicos; allí estoy yo, cocinando, lavando, limpiando... en un tiempo sucesivo, en un girar de carruseles viejos, una vuelta de pérgola.
La historia se repite, como una elipsis de cuento corto, corto como la vida, si considero las dimensiones de la eternidad. La historia se repite, se repite…
Hubo otra “limpia” en la habitación. Se llevaron un sofá cama, un tocador y cajas y más cajas. El lugar luce limpio y despejado, y un nuevo aire entra por las ventanas moviendo ligeramente una puerta que acaricia con su manija la pared.

1 comentario:

Coro dijo...

Parecen contentas con el arreglo...